Gebrüder Grimm. Los hermanos Grimm

El presente texto es una traducción del alemán de un artículo publicado en “Die Zeit-Geschichte en su edición 4/12” en la que se conmemora de una forma ciertamente crítica el 200 aniversario de los cuentos de los hermanos Grimm

 Su autor Heinz Rölleke fue profesor hasta su jubilación de filología alemana- incluyendo estudios sobre folclore- en la universidad de Berg en Wuppertal

Heinz Rölleke es uno de los más célebres especialistas en la obra de los hermanos Grimm

http://www.zeit.de/zeit-geschichte/2012/04/Maerchen-Brueder-Grimm-Urspruenge?utm_source=twitter_all

Cuentos sobre cuentos

Jacob y Wilhelm Grimm trataron siempre de ocultar quiénes fueron los que les contaron sus historias infantiles.

No fueron viejas campesinas  las que les relataron los supuestos cuentos de origen popular sino hijas cultivadas de antepasados hugonotes.

Los hermanos Grimm pusieron intencionadamente a sus lectores desde el principio sobre la falsa pista. No es que mintieran o buscaran engañar pero sí que trataron de crear la apariencia de que sus cuentos infantiles tenían su origen en el “pueblo llano”. En el prefacio al primer volumen de “Cuentos de la infancia y del hogar” escriben: “Todo ha sido reunido exclusivamente a partir de la tradición oral  de Hesse y de los alrededores del Meno y del Kinzig en el condado de Hanau, de donde somos”. Esta afirmación crea la impresión – y por eso la hacían- de que los hermanos Grimm se habían dedicado a recorrer su patria chica con el propósito  de ir reuniendo cuentos. Se puede demostrar que esto no es cierto.

A Jacob y Wilhelm Grimm les contaron prácticamente todas las historias en su casa de Kassel. Ni ellos ni sus otros hermanos aportaron ninguna a partir de sus recuerdos de juventud. Por eso evitan escribir en el prólogo, “nosotros” hemos reunido y escriben “ha sido reunido”. Los narradores  de los cuentos reales habían de quedar en el anonimato. Fieles al espíritu romántico los hermanos Grimm querían despertar la impresión de que sus historias infantiles eran producto del pueblo y que habían sido transmitidas colectivamente. Evitaban por ello a todo trance tener que mentar por su nombre a ningún narrador individual. Asimismo respecto a la procedencia de los textos los datos que aportan son vagos: “de Hesse” se dice de una manera muy general en “Cuentos de la infancia y del hogar” o “de los alrededores del Meno”

En el segundo volumen de 1815 los Grimm dan un giro y en su prólogo presentan detalladamente a una de sus narradoras: Dorothea Viehmann (1755-1815). Un retrato de ella decora el frontispicio del libro pero no se le llega a atribuir directamente ni un solo cuento. ¿Por qué no? Y por qué las narradoras por su parte callaron sobre su trabajo preliminar? ¿Por qué ni Dorothea Viehman, ni Annette y Jenny von Droste-Hülshoff ni las tres hermanas Hassenpflug y las otras 20 narradoras que relataron a los Grimm la mayoría y los más importantes de los cuentos infantiles de éstos no revelaron su identidad? No lo sabemos exactamente. A lo mejor los hermanos Grimm así se lo pidieron, quizá estas muchachas aún jóvenes, que contaron sus historias a los Grimm, temieran más tarde, al casarse, tener que avergonzarse de haberse dedicado a esa tontería de “contar historias”

Solo gradualmente se ha ido conociendo quienes fueron. Durante casi 100 años las investigaciones sobre la obra de los Grimm anduvieron a este respecto despistadas. Únicamente en los años 70 del siglo XX pudo conocerse la identidad de la mayoría de las narradoras.

Esto se debió a varias razones. En 1895 Herman Grimm, el hijo de Wilhelm se puso a analizar el ejemplar personal en el que su padre había escrito los nombres de las narradoras junto a sus respectivos textos. Muchos de los cuentos más importantes llevaban el nombre de Marie. Hermann Grimm relacionó este nombre equivocadamente con una anciana niñera de Hesse que había trabajado en la farmacia de la familia Wild de la que también provenía la que seía más tarde mujer de Wilhelm, Dorothea Wild. La niñera Marie nació  en el año 1749. En realidad el nombre de Marie que estaba anotado en el ejemplar personal se refería a Marie Hassenpflug nacida en 1788. Los Hassenpflug una familia de emigrantes hugonotes pertenecientes a la gran burguesía y residentes en Hanau mantenían una estrecha relación con los Grimm. El único hijo varón de la familia, Ludwig, se casó más tarde con Lotte Grimm, la hermana de Jacob y Wilhelm. Marie Hassenpflug se crió ,como los Grimm, en Hanau mudándose la familia después,igual que los Grimm, a Kassel. Aquí es donde Marie Hassenpflug conoció a los hermanos Grimm en 1808.

Siguiendo los errores de las indicaciones de Herman Grimm investigadores de sus cuentos llegaron incluso a concluir más tarde que también las historias que las hijas de la farmacia de los Wild, a saber, Gretchen, Dorothea, Lisette y Marie-Elisabeth les habían contado a los Grimm, que también estas historias provenían al final de la niñera que les cuidaba, o sea de la “vieja Marie”- cosa que, sin embargo, no era cierta. De esta manera un tercio de los cuentos publicados en 1812 fueron atribuidos hasta 1975  a la humilde niñera Marie. Con ello se estaba pasando por alto que los temas de los cuentos se correspondían  con una mujer joven, con una mujer como Marie Hassenpflug.

Resulta lógico que la cultivada Marie Hassenpflug manejara un repertorio de cuentos distinto al de la niñera de Hesse, de edad avanzada y poco leída. Pero sobre todo estaba el hecho de que una dama criada en los mejores círculos de la ciudad mostraba una predilección por determinados tipos de relatos: aquellos justamente que mejor se correspondían con su experiencia y circunstancia vitales.

               

                    Marie Hassenpflug                                            Dorothea Viehmann

Al identificar los investigadores a la joven Marie Hassenpflug y a sus dos hermanas Amalie y Jeannette como las principales contribuidoras de los cuentos se descubrió que el origen de éstas por parte materna se remontaba a refugiados hugonotes procedentes del Delfinado. La figura clave dentro de esta cultura familiar de cuentos infantiles de impronta francesa era la bisabuela de las hermanas Hassenpflug. Su nombre era Marie Madeleine Debély (1713-1791), quien proveniente de la zona suiza del macizo del Jura se mudó a Hanau donde contrajo matrimono con el pastor Etienne Droume (1695-1751) quien a su vez había huido del Delfinado a Hesse. La hija de ésta, que se había casado con un oficial llamado Dresen, murió joven de suerte que la nieta, Marie Magdalena Dresen pasó a estar bajo su custodia con cuatro años y en un hogar de habla francesa la niña tuvo que dejar de hablar alemán. Marie, tan influida de este modo por lo francés, casó con el que más tarde sería presidente del gobierno de Kassel Johannes Hassenpflug y se convertiría en la madre de las tres contadoras de cuentos de los Grimm. Nada de extraño tiene entonces el hecho de que su repertorio se nutriera en su mayor parte por la rica tradición francesa de cuentos infantiles de los siglos XVII y XVIII. Y que en sus relatos puedan encontrarse muchos pasajes  que coinciden literalmente  con párrafos enteros de la colección de cuentos “Contes de Fées” de Charles Perrault

Pero no solamente estos descubrimientos pondrían de manifiesto más tarde lo mucho que la tradición francesa de cuentos influyó en las historias infantiles de los Grimm. Incluso Dorothea Viehmann, caracterizada en el prefacio de 1814 como una “auténtica campesina de Hesse”, fue identificada más tarde como descendiente de emigrantes hugonotes con el apellido Pierson. De sus antepasados formaban parte no menos de cinco hugonotes provenientes de Francia. Cabe suponer que Jacob y Wilhelm Grimm sabían esto y que se lo callaron a propósito. No querían de ninguna manera rebajar la idea nacional de sus colecciones de cuentos mediante influencias extranjeras.Buscaban recopilar cuentos alemanes, no franceses.

Dorothea Viehmann parecía ofrecer a primera vista la imagen de la narradora de cuentos ideal al gusto de los Grimm. Estaba llamada a ser vista por los lectores como el compendio de las tres docenas de personas cuyos cuentos habían recopilado.  El retrato que de ella hizo Ludwig Emil Grimm y al que tituló “Narradora de cuentos” fue impreso con idéntica intención. Desde 1819 se lo podía encontrar en la portadilla de cada edición justo en el sitio en el que por lo demás solía ponerse el retrato del autor del libro.

Wilhelm Grimm escribe sobre Dorothea Viehmann: Uno de esos azares a los que hay que quedar agradecido fue poder haber conocido a una campesina de Zwehr, pueblo cercano a Kassel. Una parte considerable de los cuentos infantiles que aquí damos a conocer proceden de ella. Se trata por ello de auténticos cuentos de Hesse. Esta mujer, todavía lozana y  no muy por encima de los cincuenta se llama Viehmann… y seguramente ha sido hermosa en su juventud. Conserva estas viejas leyendas en su memoria…Se pone a contar con aplomo, seguridad y una increíble viveza disfrutando ella misma con ello, con total libertad, luego, cuando se lo pides, más despacio, de modo que si se está ejercitado pueda transcribirse lo que cuenta. Parte de ello  ha sido conservado así en su literalidad.” La última frase prueba que los Grimm no adoptaron intactos los cuentos de su narradora sino que intervinieron en ellos. Pues si de la literalidad de los cuentos de esta narradora de excepción solo “parte de ello ha sido conservado así en su literalidad.”, quiere esto decir, a la inversa, que fue adoptado mucho que no era literal- tanto en las historias de Dorothea Viehmann como en las de otros narradores. Pero no era el número de intervenciones en los textos lo que Wilhelm quería tematizar sino que sus miras estaban puestas en la descripción de esta contadora ideal de cuentos, en que era “campesina”, en que era de “el pueblo”, en lo “auténtico” de los cuentos de Hesse”, en lo “viejas” que  las leyendas eran, en la “memoria”. Sin embargo todo esto apenas se corresponde con la realidad.

La afirmación de que la totalidad del repertorio de la Viehmann (por lo menos unos 40 textos) se debe exclusivamente a la tradición de Hesse ya la eliminaron tácitamente los Grimm en la segunda edición. La descripción de “campesina” tampoco es correcta. Cierto que Dorothea Viehmann vendía en Kassel verduras y hierbas aromáticas de su pequeño jardín pero desde 1777 estaba casada con un maestro sastre, no con un campesino. Cierto que efectivamente vivía en el pueblo de Niederzwehren, pero el repertorio de cuentos infantiles lo había adquirido en la taberna de su padre, en Knallhütte, en el hoy valle del Bauna, donde había pasado su juventud. Como hija del dueño de la taberna tenía aquí más trato con clientes de la ciudad que del campo. Así que una parte de sus relatos infantiles se debía a lo que le contaba el público que frecuentaba la taberna de Knallhütte, o sea a lo que le contaban representantes de comercio, carreteros, soldados. “Viejas” también es un concepto relativo, pues con 57 años tampoco Dorothea Viehman era lo vieja que uno suele imaginarse a las ancianas abuelas contadoras de cuentos.

Lo que queda del retrato que de Dorothea hacen los Grimm es más bien en realidad su memoria excepcional. Lo demuestra una carta de Wilhelm a su hermano Ferdinand que no estaba destinada para su publicación. En ella significativamente no se habla de “auténtica de Hesse” ni de “campesina” sino que se la describe como “una mujer mayor a la que nos remitieron los Ramus de Zwehrn, y que sabe muchísimo y cuenta muy bien… Viene una vez casi todas las semanas… Cada vez que lo hace le damos su café, un vaso de vino  además de dinero, pero no debe de saber expresar su alegría y luego les cuenta a los Ramus el honor que todo eso supone para ella y que se le ha dado una cucharilla de plata para el café como a todos los demás invitados. La “cucharilla de plata” parece haber sido ,en tanto momentáneo símbolo de estatus,  algo más importante para Dorothea Viehmann que el pequeño honorario que recibía. Resulta conmovedor verla en el último de los cuentos con el que contribuye (“El diablo y su abuela”) por dos veces hablar resueltamente de una “cuchara de plata”

La mayoría de sus contribuciones se encuentran en el segundo volumen de la primera edición que se publicó en 1815, ya que los hermanos Grimm conocieron a Dorothea en 1813, o sea después de la aparición del primer volumen de cuentos. En la segunda edición de 1819 Jacob y Wilhelm cambiaron algunos de los cuentos del primer volumen ,bien completamente o bien  párrafos de los mismos, por versiones de la Viehmann: estas versiones les parecían finalmente “auténticas de Hesse”. En cambio empezaron a sospechar  que las hermanas Hassenpflug, de las que salieron los principales textos del primer volumen, habían introducido de tapadillo cuentos franceses en unas colecciones de cuentos que se pretendían de Hesse o al menos alemanas. En vista de la influencia hugonota en el repertorio de Viehmann esto significaba en realidad combatir el fuego con el fuego. A pesar de ello los Grimm eliminaron para siempre de la colección algunas deliciosas historias de las hermanas Hassenpflug como “El gato con botas” o “Barba Azul” después de haberlas publicado en la primera edición con el siguiente razonamiento “Hemos vuelto a repasar lo que resultaba sospechoso, o sea, lo que pudiera tener origen extranjero y lo hemos eliminado”  (Prefacio de 1819)

Los Grimm creían estar pisando más firmemente suelo de Hesse con una narradora anterior, Friederike Mannel, quien se crió en Treysa en el Schwalm, en la apartada casa de su padre, de profesión pastor y profesor. En Friederike también vieron los Grimm , con una fijación por Hesse que contagiaron a sus investigaciones, uno de los últimos bastiones contra las apariciones de la influencia francesa. Friederike Mannel (nacida en 1783) parecía una narradora ideal, si bien algo joven, al provenir del campo y sin  un solo pasado hugonote. Pero se les escapó a los Grimm que el padre de Friederike Mannel se hacía cargo, como pastor y profesor, de niños del pueblo hugonote de Gethsemane, y en la medida en que Friederike Mannel afirma a veces por escrito que algunos de los relatos se los debe a los niños de la escuela de su padre tampoco puede excluirse en este caso la influencia de tradiciones de cuentos infantiles hugonotes.

Lo que Friederike ciertamente no era, era ignorante. En una carta a Wilhem Grimm de quien se había enamorado, la hija del pastor escribe “Cuando me dejaste, lloró mi ojo derecho, que, aunque menos que al otro llorar le cuesta, pocas son las veces en que llora” Esta frase es una refinada cita-alusión al Wilhelm Meister de Goethe donde también una mujer se dirige a un Wilhelm: “Una bella lágrima parpadeaba en su ojo derecho. “ No creas que soy tan blanda ni que tan fácil me conmuevo. Es solo el ojo, que llora” . Puede atribuírsele por ello a esta mujer joven que, por cierto hablaba un francés perfecto, una alta educación literaria.

Si se añaden a las narradoras ya nombradas algunos otros como el pintor del norte de Alemania Philipp Otto Runge (“El Enebro”), el barón August von Haxthausen (“Los músicos de Bremen”) o el rector de colegio y pastor  Ferdinand Siebert (“El Rico y El Pobre”) tenemos que todos ellos son representantes de los estamentos cultivados, aunque no pueda excluirse naturalmente que su repertorio no se lo hubiera transmitido “gente llana”

Entre los narradores hay unos pocos que proceden de otras capas sociales como el viejo soldado Johann Friedrich Krause. El guardia de dragones retirado contaba a los Grimm historias crudas en su mayor parte sobre soldados a los que habían echado del servicio militar y que en el cuento tenían que buscarse la suerte con violencia militar. Por cada una de sus historias los Grimm le daban a Krause unos pantalones usados.

La aseveración de que la mayoría de los cuentos infantiles de los Grimm proceden directamente de relatos de viejas campesinas y de pastores y carboneros ermitaños es insostenible. Hoy sabemos que los Grimm no coleccionaron cuentos infantiles populares sino que sus cuentos les fueron relatados sobre todo por mujeres jóvenes de capas sociales cultivadas y que a menudo se nutrían de fuentes francesas.

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