Archivo

Archive for septiembre 2017

Mosus

septiembre 28, 2017 Deja un comentario

Image result for mosus

En estos tristes momentos en que tanto se habla de golpes de estado a cargo de los nacionalistas catalanes a uno le vienen a la memoria cosas arbitrarias y un tanto fantasmales, por ejemplo, aquellas declaraciones de Maragall en 2006 celebrando el carácter residual del Estado en Cataluña. Según el que fuera flamante alcalde de Barcelona durante los celebrados juegos celebrados en la flamante cuidad, el nuevo estatuto ponía a Cataluña en  la posición de poder “hacer lo que quiera”.  Y “lo haremos”, no dudaba en apostillar por aquel entonces el político socialista.

Once años después parece que los nacionalistas catalanes le están tomando la palabra a este compañero de generación y  de partido de  Felipe González… Sí él mismo que el otro día decía  no sé qué acerca de lo que hubiera hecho él con el artículo 155 en la mano… “De fantasmas está visto, España siempre andará sobrada”…recuerdo que pensé.

Llevado por la melancolía intenté apartar de mí estos fantasmales recuerdos encendiendo la tele. Por esas cosas del azar di con un programa en el que salía una ministra de sanidad del PP. Una señora del público, habiéndose presentado previamente como oriunda de Santurtzi, le dirigía en esos momentos una pregunta. La ministra procedió amablemente a responderle no sin antes saludarle  con un “agur” que la titular de sanidad tomaba ingenuamente por un “hola”,

No sé si por sonrojo o directamente por enfermedad, el caso es que algo me me llevó a cambiar de canal antes de verme a mí mismo pronunciando “mosus” en lugar de “mozos” por aquello de que la ministra de sanidad en cuestión era oriunda de Cataluña… Feliz al ver que echaban “Los Cazafantasmas” me dispuse a prepararme unas palomitas en el microondas.

Reminiscencias timóticas // Thymotic holdovers

septiembre 11, 2017 Deja un comentario

Resultado de imagen de the holdovers

Este tipo de corolario solo es posible si uno insiste en tratar a las naciones como si fueran bolas de billar evitando mirar lo que pasa en su interior… No existió una tal hostilidad entre las democracias que se coaligaron contra la Unión Soviética durante la Guerra Fría. ¿Quién en la Francia o Alemania de nuestros días está aguardando la oportunidad de cruzar el Rhin para ocupar nuevos territorios o vengar viejas afrentas? Por usar la expresión de John Mueller, una guerra entre las democracias contemporáneas de Holanda y Dinamarca no es ni siquiera “pensable a nivel infrarracional”… Pensar que el orden europeo surgido de la Guerra Fría puede retornar al estilo de competencia que se dio entre las grandes potencias del XIX es pasar por alto el carácter por entero burgués de la vida europea de nuestros días. El anárquico sistema estatal de la Europa liberal no fomenta la desconfianza ni la inseguridad porque la mayoría de los estados europeos se conocen demasiado bien. Saben de la naturaleza autocomplaciente y consumista de sus vecinos como para esperar que éstos pongan en riesgo sus vidas, los saben llenos de emprendedores y ejecutivos pero faltos de ningún príncipe o demagogo cuya sola ambición baste para iniciar una guerra.

Y, sin embargo, esta misma Europa burguesa fue sacudida por unas guerras que afectaron a mucha gente que aún sigue viva. El advenimiento de la sociedad burguesa no significó la desaparición del imperialismo y la guerra: de hecho, las guerras más destructivas de la historia ocurrieron a partir de la revolución burguesa ¿Qué explicación encontramos para esto? Schumpeter lo explica atribuyendo al imperialismo una especie de carácter atávico, sería una reminiscencia de una etapa anterior de la evolución humana: “Un elemento procedente del pasado o, dicho en términos de una interpretación económica de la historia, de relaciones de producción del pasado más que del presente”. Si bien Europa había experimentado una serie de revoluciones burguesas, sus clases dirigentes siguieron siendo reclutadas durante la primera guerra mundial entre las filas de una aristocracia para quien las ideas de grandeza nacional y gloria no habían sido reemplazadas por las del comercio. La moral guerrera de las sociedades aristocráticas podía ser heredada por sus descendientes demócratas y estallar en la superficie en tiempos de crisis o enardecimiento.

A la explicación de Schumpeter sobre la persistencia del imperialismo y la guerra como una reminiscencia atávica de las sociedades aristocráticas, sería necesario añadir otra directamente extraída de la historia de thymos. Entre las antiguas formas de reconocimiento representadas por las ambiciones dinásticas y religiosas y su moderna forma de resolución en el Estado universal y homogéneo, thymos puede adoptar la forma de nacionalismo. Es un hecho que el nacionalismo tuvo mucho que ver con las guerras del siglo XX y su resurgimiento en Europa del Este y en la Unión Soviética supone hoy una amenaza para la paz en la Europa poscomunista.

Resultado de imagen de john mueller fred astaire

This sort of conclusion is possible only if one insists on looking at countries as billiard balls and steadfastly averts one´s gaze from what is happening in the inside…. But no such hostility exists between the democracies united against the Soviet Union during the Cold War. Who in contemporary France or Germany is waiting for the opportunity to cross the Rhine to seize new territory or avenge old wrongs? To use John Mueller´s phrase, war between contemporary democracies like Holland or Denmark is not even “subrationally thinkable”… To think that the European order emerging out of the Cold War will return to the competitive great power behavior of the nineteenth century is ti be unaware of the thoroughly bourgeois character of life in present-day Europe. The anarchic state system of liberal Europe does not foster distrust and insecurity because most European states understand each other too well. They know that their neighbors are too self-indulgent and consumerist to risk death, full of entrepreneurs and managers but lacking in princes or demagogues whose ambitions alone are sufficient to start wars.

And yet, this same bourgeois Europe was convulsed by war within the lifetime of many people still living. Imperialism and war did not disappear with the advent of bourgeois society; history´s most destructive wars have in fact occurred since the bourgeois revolution.  How do we account for this? Schumpeter´s explanation was that imperialism was a kind of atavism, a hold-over from an earlier stage in human social evolution: “it is an element that stems from the past-or, put in terms of the economic interpretation of history, from past rather than from present relations of production”. While Europe had undergone a series of bourgeois revolutions, its ruling classes through the end of World War I continued to be drawn from the ranks of the aristocracy for whom concepts of national greatness and glory had not been displaced by commerce. The warlike ethos of aristocratic societies could be passed down to their democratic descendants, flaring to the surface in times of crisis or enthusiasm.

To Schumpeter´s explanation for the persistence of imperialism and war as an atavistic holdover from aristocratic societies, we should add another drawn directly from the history of thymos. Between the older forms of recognition represented by dynastic and religious ambition, and the fully modern resolution it finds in the universal and homogeneous state, thymos can take the form of Nationalism. Nationalism clearly had much to do with the wars of this century, and its resurgence in Eastern Europe and the Soviet Union is what threatens the peace of post-communist Europe

 

Multipolaridad vs. bipolaridad

septiembre 10, 2017 Deja un comentario

Resultado de imagen de world war I SARAJEVO

En teoría un sistema multipolar como el clásico concierto de naciones tenía que mostrar más ventajas que un sistema bipolar puesto que el desafío de una nación al sistema podía ser compensado por un rápido cambio de alianzas. Es más, dado que el poder se encontraba más repartido, un cambio de equilibrios en los márgenes del sistema no tenía por qué representar una diferencia significativa. Esto era lo que solía ocurrir en un mundo regido por dinastías en el que los Estados eran perfectamente libres para hacer y deshacer alianzas los unos con los otros así como para ajustar físicamente los equilibrios de poder añadiendo o sustrayendo provincias. En un mundo, sin embargo, en el que los nacionalismos y las ideologías limitaban la capacidad de los Estados para contraer alianzas, la multipolaridad no ofrecía ya ventajas. No está en absoluto claro que la primera guerra mundial fuera resultado de la multipolaridad cuánto de una multipolaridad en descomposición cada vez más parecida a la bipolaridad. Debido a una combinación de razones nacionalistas e ideológicas Alemania y Austria-Hungría se vieron abocadas a una alianza de carácter más o menos permanente que forzó al resto de Europa a entrar en una alianza contra ellas de carácter igualmente inflexible. Finalmente un frágil sistema bipolar fue empujado a la guerra por la amenaza que contra la integridad de Austria representaba el nacionalismo serbio.

Resultado de imagen de multipolarity

In theory, a multipolar system like the classical concert of nations should have some advantages over a bipolar one because a challenger to the system can be balanced through a quick shifting of allies; moreover, since power is more generally distributed, shifts in the balance at the margin make less of a difference. This works best in a dynastic world, however, in which states are perfectly free to make and break alliances with one another, and can physically adjust power balances by adding or subtracting provinces. In a world where nationalism and ideology constrain a state´s freedom to make allies, however, multipolarity becomes a disadvantage. It is not at all clear that World War I was the result of multipolarity so much as a decayed multipolarity that increasingly resembled bipolarity. Germany and Austria-Hungary, for a combination of nationalistic and ideological reasons, become locked in a more or less permanent alliance, forcing the rest of Europe into an equally inflexible alliance against them. The threat to Austria´s integrity represented by Serbian nationalism then pushed a delicately bipolar system into war.

 

The coldest of all cold monsters

septiembre 9, 2017 Deja un comentario

Resultado de imagen de das kälteste aller kalten ungeheuer

En el mundo contemporáneo se da un curioso fenómeno: la victoria del Estado universal y homogéneo y a la vez la persistencia de los pueblos. Por un lado, tenemos una cada vez mayor homogeneización de la humanidad sobre la base de la economía y tecnología modernas y de la difusión por todo el mundo de la idea de reconocimiento racional como único fundamento legítimo de gobierno. Por otro, en todas partes se observa una resistencia a esta homogeneización y una reafirmación, mayormente a nivel sub-político, de identidades culturales que en última instancia refuerzan las barreras existentes entre los Estados y los pueblos. El triunfo del más frío de todos los monstruos fríos no ha sido absoluto. Si en los últimos cien años el número de las formas políticas de gobierno consideradas como aceptables ha ido disminuyendo, las interpretaciones que se dan a la que ha sobrevivido- la democracia liberal-capitalista- siguen siendo diversas. Esto indica que, por más que las diferencias ideológicas entre los Estados hayan pasado a un segundo plano, todavía subsisten importantes diferencias entre los mismos, si bien desplazadas ahora al plano de la cultura y de la economía. A su vez, estas diferencias apuntan a que el sistema de Estados vigente no parece que vaya a sufrir próximamente ningún colapso  que lo lleve a desembocar literalmente en un Estado universal y homogéneo. Aunque cada vez más de ellas compartan una común forma política y económica de organizarse, las naciones continuarán siendo el polo de identificación central.

Resultado de imagen de the coldest of all cold monsters

In the contemporary world, we see a curious phenomenon: both the victory of the universal and homogeneous state and the persistence of peoples. On the one hand, there is the ever-increasing homogenization of mankind being brought about by modern economics and technology, and by the spread of the idea of rational recognition as the only legitimate basis of government around the world. On the other hand, there is everywhere a resistance to that homogenization, and a reassertion, largely on a sub-political level, of cultural identities that ultimately reinforce existing barriers between people and nations. The triumph of the coldest of all cold monsters has been incomplete. While the forms of acceptable and political organization have been growing steadily fewer in number over the past hundred years, the possible interpretations of the surviving forms, capitalism and liberal democracy, continue to be varied. This suggests that even ideological differences between states fade into the background, important differences between states will remain, shifted however to the plane of culture and economics. These differences further suggest that the existing state system will not collapse anytime soon into a literally universal and homogeneous state. The nation will continue to be a central pole of identification even if more and more nations come to share common economic and political forms of organization

Bourgeois

septiembre 6, 2017 Deja un comentario

Resultado de imagen de the bourgeois

El burgués fue una creación por entero deliberada del temprano pensamiento moderno, un empeño en ingeniería social  que buscaba establecer la paz social modificando la naturaleza humana misma. En lugar de enfrentar la megalothymia ( el deseo de ser superior) de unos pocos (aristocracia) contra la de la mayoría (la plebe)  , como había hecho Maquiavelo, los fundadores del liberalismo moderno confiaban en superar la megalothymia ( el deseo de ser superior) en su totalidad enfrentando los intereses de la parte volitiva de la naturaleza humana contra las pasiones de su parte timótica

Resultado de imagen de el burgués

The bourgeois was an entirely deliberate creation of early modern thought, an effort at social engineering that sought to create social peace by changing human nature itself. Instead of pitting the megalothymia of the few against that of the many, the founders of modern liberalism hoped to overcome megalothymia altogether by pitting, in effect, the interests of the desiring part of human nature against the passions of its thymotic part.

The byproduct // El subproducto

septiembre 5, 2017 Deja un comentario

Resultado de imagen de the byproduct music

Me inclino a ver el Holocausto a la vez como un mal único y como producto de las circunstancias históricas excepcionales que convergieron en Alemania en los años 20 y 30. En la mayoría de las sociedades desarrolladas estas condiciones no solo no se dan en forma latente sino que sería muy difícil (aunque no imposible) que nos las encontráramos duplicadas en otras sociedades en el futuro. Muchas de esas circunstancias, como la derrota en una guerra larga y brutal y la crisis económica, son bien conocidas y potencialmente replicables en otros países, pero otras tienen que ver con la específica tradición cultural e intelectual alemanas de la época, su anti-materialismo y el énfasis en la lucha y el sacrificio, que tan diferente la hace de la tradición liberal de Francia e Inglaterra. Esta tradición, que no era moderna en absoluto, fue puesta a prueba por las perturbaciones sociales a las que se vio sometida Alemania con su trepidante industrialización antes y después de la guerra franco-prusiana. Cabe entender el nazismo como una variante, por más que extrema, de un mal distintivo de las transiciones a la modernidad, como un subproducto del proceso modernizador que no sería en absoluto parte integrante de la modernidad en sí misma. Con esto no quiere decirse que un fenómeno como el nazismo no sea hoy posible dados los avances sociales que se han producido desde entonces. Lo que se sugiere es que el fascismo fue una condición patológica y extrema por la cual no puede juzgarse a la modernidad en su conjunto.

Resultado de imagen de subproducto

I am inclined toward the view that the Holocaust was both a unique evil and the product of historically unique circumstances that converged in Germany during the 20s and 30s . These conditions are not only not latent in most developed societies , but would be very hard (though not impossible) to duplicate in other societies in the. Many of these circumstances, such as defeat in a long and brutal war and economic depression, are well known and potentially replicable in other countries. But others have to do with the special intellectual and cultural traditions of Germany at the time, its anti-materialism and emphasis on struggle and sacrifice, that made it very different from liberal France and England. These traditions, which were in no way modern, were tested by the wrenching social disruptions caused by imperial Germany´s hothouse industrialization before and after the Franco-Prussian war. It is possible to understand Nazism as another, albeit extreme, variant of the disease of the transition, a byproduct of the modernization process that was by no means a necessary component of modernity. None of this implies that a phenomenon like Nazism is now impossible because we have advanced socially beyond such a stage. It does suggest that fascism is a pathological and extreme condition, by which one cannot judge modernity as a whole